Vida y muerte

Saber que me voy a morir y que ese momento puede estar presente en cualquier instante no es un pensamiento de pena o tristeza, al contrario. Saber que la muerte y yo nos encontraremos en algún lugar, me permite tomar conciencia de que estoy en ese camino llamado VIDA.

Y el día que nos miremos frente a frente y nos cojamos de la mano para caminar donde ella me lleve querré que hablemos sobre las cosas que hice, sobre la gente a la que ayudé, las personas a las que aporté y a las que hice, o al menos lo intenté, ser un poco más felices. Conversaré sobre los momentos en los que me equivoqué y por los que me disculpo, sobre todo conmigo mism@, ya que éste es mi propio viaje y es conmigo con l@ únic@ con el/la que rendiré cuentas. Hablaré sobre lo mucho que amé y me amaron, sobre el respeto, la auto-responsabilidad de todo aquello que me pasó y de la auto-responsabilidad de cómo lo gestioné.

Hablaré de disfrute, de viajes, de risas, de llantos, de amigos, de familia… Hablaré de tod@s y cada un@ de las personas que se cruzaron en mi camino y de los que tanto aprendí. Hablaré de naturaleza, de respeto, de cuidado, de bailes, de abrazos, de llantos y fango.

Hablaré de empatía, de respeto a los demás, de no enjuiciar, de generosidad y entrega.

Hablaré de todo aquello que quiero que haya en este camino que es la vida, mi vida, de todo aquello que quiero que esté llena, porque sí, me voy a morir pero el tiempo que me quede aquí voy a vivir la vida.

 

Método Vincii

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