¿Quién no ha vivido alguna situación en la que se ha ruborizado y ha sentido como se sonrojaban las mejillas y empezaba a tener calor? ¿Algún “tierra trágame”?…
¿Pero a qué se debe la vergüenza y cómo podemos trabajarla? ¿Cuándo se convierte en negativa y por qué?
En la mayoría de los casos, se trata de algo que sentimos de manera puntual y sin riesgos para la salud mental de la persona que la sufre, pero existen casos en los que puede llegar a convertirse en algo patológico y que puede producir mucho dolor, por lo que debemos tratarla con mayor cuidado.
Definición: psicología de las emociones
Se trata de una emoción con síntomas físicos y mentales, en los que tenemos una sensación de que somos insuficientes o que actuamos de manera inadecuada a ciertas situaciones sociales. Va directamente relacionada con sentimientos tales como: temor a recibir críticas o ser juzgados, no estar a la altura, cometer errores que denoten que no tenemos ciertas capacidades, inseguridades y pensar en el “qué dirán”. Nuestro miedo a no ser aceptados provoca que se active el sistema nervioso simpático, generando una reacción de lucha o huida en nuestro cuerpo (los famosos «tierra trágame»).
Origen y causas de la vergüenza
Que unas personas tengan mayor o menor vergüenza va relacionado con las experiencias, creencias y vivencias de cada individuo. Si bien es cierto, que los casos más comunes, se desarrollan por consecuencias del trato recibido en la infancia. Se podría decir que su origen está en alguna experiencia traumática en la que nos hemos sentidos ridiculizados.
Causas
- La sensación de no haber sido “visto” de pequeños.
- Padres y madres muy exigentes y perfeccionistas.
- Burlas.
- Refuerzos negativos y no positivos.
- Sensación continua de fracaso.
- “Lo hago todo mal”.
Todo ello deriva en INSEGURIDADES y baja autoestima que reflejamos con el sentimiento de vergüenza.

En la infancia es cuando se desarrolla la vergüenza y puede ser su origen en función de la crianza.
¿Cuándo se convierte en algo negativo?
Por supuesto que hemos mencionado que la vergüenza es una emoción igualmente válida como otra cualquiera y que puede ser vista como algo natural, siempre y cuando sea de manera puntual.
Así mismo, se puede convertir en algo negativo cuando ya nos influye tan fuertemente que dejamos de hacer cosas de nuestra vida cotidiana. Se convierte en un problema cuando nos limita y nos condiciona, cuando dejamos de hacer y de disfrutar de actividades y relaciones sociales por miedo a lo que opinen de mí, “que se rían de mí”.
Vergüenza tóxica, qué es.
Es una emoción muy negativa que nos lleva al rechazo de nosotros mismos, no nos mostramos tal y como somos por miedo a no ser aceptados.
Características de la vergüenza tóxica que no tiene la ordinaria.
- Mayor duración cuando la experimentamos (la emoción permanece en nosotros por mucho más tiempo).
- El malestar y dolor que experimentamos es mucho más intenso.
- No solo depende de factores externos, sino que nosotros mismos con nuestros pensamientos podemos sentir vergüenza.
- Puede derivar en depresión.
- Temor constante a sufrir esta emoción.
- Puedes sentir que no encajas en ningún lugar.
- Va acompañada de recuerdos de la infancia donde se experimenta y revive situaciones en las que sentiste dicha emoción.
Si no tratamos la vergüenza crónica pueden llegar a desarrollarse autolesiones, ansiedad, estrés y todo tipo de adicciones.
Por suerte, llevando a cabo un buen proceso terapéutico se puede eliminar la vergüenza negativa de nuestras vidas.
Consejos para trabajar la vergüenza.
- Acéptate y quiérete tal cuál eres.
- Normaliza que la vergüenza es una emoción y sentimiento común que podemos llegar a sentir todos/as.
- Identifica con quién o qué situaciones son las más críticas y así será más fácil trabajar con la causa de la emoción.
- Exponte de manera gradual aquellas cosas que te producen más vergüenza.
- Permítete
- El humor es siempre una buena herramienta contra el perfeccionismo.
Y para terminar, CONFÍA y pide ayuda.
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