La noche y el día

A lo largo de tu vida tendrás momentos maravillosos, instantes intensamente felices y entrañables. En los que rebosaras amor y sonrisas y todo tendrá un brillo y una luz especial. Pero también habrán momentos de oscuridad. Momentos en los que todo se tornará negro. Momentos en los que no verás ni un ápice de luz a tu alrededor y crearás que todo se ha vuelto imposible. Momentos en los que la noche parece volverse eterna y rebosar tristeza, confusión y pérdida. Soledad y desesperanza. Angustia y ansiedad. Y serán duros y a tu mente vendrán un sinfín de pensamientos irracionales que caerán como una fuerte tormenta sobre tu corazón pero, créeme cuando te digo que pasará. Ese momento se irá. La oscuridad poco a poco se irá tornando en luz. La noche se volverá día y las emociones negativas se transformaran en sonrisas y esperanza. Todo aquel dolor se verá disipado y para cuando te quieras dar cuenta tu risa volverá a sonar bien fuerte.

El dolor ya sólo será una simple anécdota con una clara moraleja. Porque sí, aunque cueste verlo, es bueno tener momentos en los que todo se vuelve oscuro porque siempre podremos aprender de ellos, sacar lecciones de vida, evolucionar como seres humanos y convertirnos en mejores personas.

Y recuerda, después de la noche siempre viene el día. Después de la oscuridad siempre hay luz. Después del dolor siempre viene la alegría.

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