¿Qué es?
La culpa es una emoción que surge cuando vamos en dirección opuesta a nuestros valores o no actuamos acorde a nuestros esquemas mentales.
Por ejemplo: si soy una persona que tiene como valor “ser una persona cercana a sus familiares” y he estado una temporada sin verlos, hacer planes con ellos, preguntar o interesarme por cómo están o eligiendo otras actividades, es normal que surja esta emoción.
¿Qué información nos da la culpa? ¿Para qué sirve desde un punto de vista psicológico?
No obstante, puesto que se trata de una emoción desagradable, muchas personas evitan conectar con la culpa perdiendo de esta manera una gran cantidad de información útil que sirve para reorientar nuestras vidas hacia aquello que más apreciamos.
Es decir, la culpa es una emoción que nos facilita el aprendizaje de aquello que nos genera malestar, nos ayuda a identificar qué cosas o situaciones no nos gustan y cómo buscar soluciones. Nos reconduce hacía lo que nos hace sentir en paz.
¿Cómo podemos trabajar la culpa para que se convierta en una herramienta positiva a nuestro favor?

La culpa, pese a ser una sensación desagradable, nos avisa de que algo no está yendo acorde con nuestros valores.
A continuación, os proporcionamos una serie de pautas para trabajar la culpa.
En primer lugar, habría que identificar aquellas acciones que nos han provocado un sentimiento de culpa, puesto que probablemente vayan en contra de aquello que valoramos.
Por ejemplo: una persona cuyo valor es mantenerse sano y en contra, empieza a fumar.
Como se puede apreciar en este ejemplo, la conducta de fumar no es algo que ayude a esta persona en su camino de estar sano, por lo que la culpa es probable que se manifieste en esta ocasión.
Por otro lado, habría que trabajar la aceptación y ello no implica el «autocastigo» por sentir determinada emoción, sino ser capaz de sentir esas sensaciones que provoca la culpa en nosotros sin recurrir a evitar el malestar o directamente querer eliminarlo o no sentirlo.
Otro ejercicio recomendable sería darse cuenta en qué momentos hemos tenido esta emoción y que hemos hecho para lidiar con ella. Aquí la experiencia vital de la persona nos ayudará a encontrar más situaciones donde aparezca la culpa.
Por último, es importante reconocer que no siempre actuamos acorde a nuestros valores. Es por ello, que ser consciente de que tenemos derecho a equivocarnos y practicar el “perdón” hacia nosotros mismos, nos ayudará. (pincha aquí para leer artículo anterior «Saber pedir perdón y saber aceptarlo»)
Debemos ser pacientes y amables con nosotros mismos y ser conscientes que hay momentos en los que pedir ayuda forma parte del aprendizaje y del proceso.
Desde Método Vincii os animamos a trabajar en vuestros valores y en daros permisos también.
Si os ha gustado el artículo o queréis más información recordad que estamos disponibles en:
Método Vincii
674-276-701
@metodo_vincii_