Estoy bien ¿Verdad o mentira?

Una de las alertas emocionales más comunes del ser humano.

 

¿Cuánto decimos o no decimos con estas dos palabras? ¿Qué callamos cuando las utilizamos?

 

La respuesta del millón, la más utilizada y habitual cuando queremos ser breves, no indagar y evitar conversaciones más profundas y emocionales. ¿Alguna vez os habéis planteado cuántas veces utilizamos estas palabras a lo largo del día?

 

Nos resulta muy curioso cuando acudís a terapia: rotos, dolidos, enfermos, ponéis la mejor de vuestras sonrisas y nos decís “estoy bien, todo bien” al entrar por la puerta de consulta. Posteriormente, en sesión tocamos la herida que tantos os preocupa, la tratamos y mimamos para que realmente os sintáis bien o, por lo menos, mejor que cuando entráis.

 

Es importante estar alerta ante estas dos palabras porque, generalmente, esconden desasosiego y angustia mental y lo más común es intentar ocultarlo, sobre todo, cuando la sociedad te lanza mensajes como: “¿Por qué vas a estar mal si lo tienes todo en la vida?”.

 

Gestos faciales que expresan emociones.

Como, desde Método Vincii, os mostramos las dos caras que se esconde tras «estoy bien».

 

Si a estas palabras añadimos un “no pasa nada”, aún podríamos preocuparnos más. Hay un mensaje oculto que nos avisa de que la persona que lo lanza evita dar una respuesta sincera. Se ha acostumbrado a disfrazar su dolor emocional y a mostrar una imagen de normalidad ante un hecho doloroso.

 

La consecuencia principal, es que se genera un escudo por miedo a sentir aquellas emociones como la tristeza que tal vez, nos cuesta más gestionar. Además, podemos llegar a pensar que nadie nos entiende y, por consiguiente, que nadie nos puede ayudar. Nos aislamos, sentimos la soledad como parte de nuestra rutina y, al final, caemos en depresiones profundas de las que cuesta mucho remontar.

 

Es importante remarcar que, no quiere decir que a todas las personas de vuestro día a día que os encontréis le contéis absolutamente todos los detalles de vuestra vida, o que cada uno de los “estoy bien” que os respondan lleven consigo un mensaje de “socorro”. Hablamos más bien, de vuestro entorno más cercano, de familiares y amistades a los/as cuáles notáis un cambio notorio en sus actitudes y formas de relacionarse.

 

Por ello, os aconsejamos desde Método Vincii, que os atreváis:

 

Atrévete a ser sincero.

Atrévete a sentir, todo, pero sentir.

Atrévete a equivocarte.

Atrévete a decir cómo y qué sientes.

Atrévete a gestionarlo o no gestionarlo, a aprender cuando no sabes hacerlo.

Atrévete a pedir ayudar y mostrarte frágil.

Atrévete a no llegar a todo, a no ser perfecto/a.

Atrévete a contestar con la verdad.

Hoy me siento mal, pero mañana será otro día.

 

Nos gustaría mandar un mensaje de normalidad. Con esto queremos decir que, al igual que la felicidad se grita a los cuatro vientos, cuando nos sentimos mal también debe ser aceptado y respetado.

 

Y si estáis pasando por un momento por el cuál ni sabéis lo que os ocurre, acudid a terapia. Pedid ayuda y facilitaros el camino hacia el bienestar emocional.

 

Método Vincii

674-276-701

info@vincii.es

@metodo_vincii_