¿Realmente sabemos escuchar? ¿Qué importancia tiene en las relaciones con los demás según la psicología?
La escucha activa es uno de los factores más interesantes y capaces de mejorar la comunicación y, por tanto, las relaciones personales entre los seres humanos.
Es cierto que en algunos casos habrán personas que tengan mayor dificultad para llevarlo a cabo porque tengan menos herramientas o menos práctica en la materia. Igualmente, lo cierto es que con voluntad y ganas de mejorar en este campo se puede llegar a conseguir esa evolución en la comunicación.
Pautas como la voluntad, la concentración, la disposición psicológica, la conciencia del momento actual más conocido como “el aquí y el ahora”, la expresión corporal y la verbal por medio del parafraseo y el uso de preguntas; generaran en nuestro interlocutor una atmósfera de confianza y deseo de seguir compartiendo.
Es importante vivir la apertura mental y emocional del otro como un regalo y por tanto, desde el agradecimiento, y con esta premisa por delante, la comunicación y la escucha activa fluirán de una manera más suave y agradable.
Escucha asertiva
La Escucha Asertiva es una técnica y estrategia específica de la comunicación humana. Basada en el trabajo de Carl Rogers y que en 2002, Rost la definió como:
«Un término genérico para definir una serie de comportamientos y actitudes que preparan al receptor a escuchar, a concentrarse en la persona que habla y que ayuda a proporcionar respuestas (feedback)».
Implica asimismo, entre otros aspectos, ofrecer disponibilidad y mostrar interés por la persona que habla. La escucha activa consiste en una forma de comunicación que demuestra al hablante que el oyente le ha entendido. Se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen de la conversación.
¿QUÉ ES LA ESCUCHA ACTIVA?
La escucha se refiere al hecho de escuchar de una manera activa y con conciencia plena a la persona con la que iniciamos un proceso comunicativo. Además de escuchar al otro, se expresa de manera adecuada que nuestra atención está puesta en la conversación y en lo que nos están comunicando.
En la escucha activa encontraremos dos componentes: por un lado el interno, que partirá del interés que le pongamos, la concentración que demos a lo que nos dicen y esfuerzo en comprenderlo. Y por otro lado, la parte externa, que consiste en reflejar con nuestro cuerpo y voz que estamos atentos a lo que se nos están comunicando.
La escucha activa es una habilidad que se puede desarrollar con la práctica y pese a que puede parecer fácil llevarla a la práctica, lo cierto es que este tipo de escucha requiere un esfuerzo de nuestras capacidades cognitivas y empáticas, importante.
Saber escuchar es un arte y es muy importante para que se pueda dar una correcta comunicación, ya que en multitud de ocasiones pasamos más tiempo ensimismados en nuestros pensamientos y/u opiniones que en lo que el otro está intentando comunicarnos.
La escucha activa no es escuchar de manera pasiva sino involucrarse en lo que se está dando, en el momento presente y en la apertura emocional que el otro esté regalándonos en ese momento, y sobre todo ser capaces de comprender lo que subyace a lo expresado.

Poniendo en practica pautas para la escucha activa o asertiva
¿CÓMO PONERLA EN PRÁCTICA?
Señales que indican que la escucha activa está siendo correcta:
–El contacto visual muestra el interés y la atención que se está prestando además de otras señales verbales y no verbales como que podrán potenciar lo que la otra persona está expresando.
–Una sonrisa ligera como forma de asegurar que la información esta siendo bien recibida y que le motiva seguir hablando, será uno de los mayores reforzadores que podremos encontrar.
–Postura corporal receptiva, la cual dará información tanto del emisor como del receptor. La persona que escucha activamente tiende a inclinarse ligeramente hacia delante y hacia los lados mientras permanece sentando. En este punto, podría añadir el reflejo automático o mirroring, que consiste en “copiar” algunos de los gestos o expresiones corporales del otro para mostrar una mayor sensación de simpatía y empatía hacia el otro.
–Parafrasear sería otro de los aspectos que he mencionado anteriormente y que provocarían una contundente reafirmación de que la persona está siendo escuchada.
–Resumir, una persona que domina el arte de la escucha activa suele hacer resúmenes de la información recibida, lo cual le puede ayudar a dejar claro que entiende el punto de vista del otro durante el intercambio de información.
-En ello también ayudará el hacer preguntas, ya que como decía, eso de mostrará al oyente que se ha estado atento y esto podrá clarificar que la información se ha recibido de manera correcta.
–Emitir palabras de refuerzo o cumplidos, lo cual refuerza el discurso del hablante. Frase que se transforman en fuentes de apoyo y que, sin duda, mejoran la comunicación.
Además de estos aspectos también es importante señalar los aspectos a no realizar como:
–Distraer al otro durante la conversación y sobretodo en el momento en el que se está comunicando. Por tanto, no interrumpir al otro.
–Juzgar al otro y/o querer imponer tus propias ideas.
–Ofrecer ayuda prematura, es decir, sin disponer de toda la información necesaria.
–Rechazar o no validar al otro lo que está pensando o sintiendo.
-Por último, y quizás uno de los más importantes es el hecho de intentar contar tu propia historia en vez de escuchar la suya.
En definitiva, la escucha activa es aquella en la que no solo oímos, sino que estamos preparados para acoger, abrazar, comprender y pensar de manera empática en la otra persona que nos está dando el mensaje.
Si tenéis problemas de comunicación en la pareja, familiares o amigos, tened presente que desde la consulta de psicología de Método Vincii os podemos ayudar.
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