“El bienestar de las palabras nos procura el bienestar de nuestra vida” Luis Castellanos. Y así es, la importancia del lenguaje es brutal en nuestro devenir constante. La forma en la que manejamos nuestra mente influirá directamente en cómo nos sintamos y, por tanto, en cómo actuemos. De ahí la importancia de las palabras y la forma en la que nos hablamos a nosotros mismos.
Si te fijas bien a lo largo de los días y semanas podrás encontrar en tu vocabulario multitud de palabras negativas emprendidas hacia ti mismo e incluso en ocasiones hacia otros. Lo cual, irá mermando poco a poco tu propio desarrollo personal. Piénsalo. Si para ti misma/o utilizas frases como: “eres un perdedor”, “imposible…”, “todo lo haces mal”, “no te enteras de nada”, “eres un desastre”. ¿Qué crees que pasará con tu autoestima? ¿Qué objetivos crees que podrás alcanzar con ese tipo de mensajes?.
En cambio si entrenas tu lenguaje y lo transformas en un lenguaje positivo cargado de continuos mensajes alentadores del tipo: “eres completamente capaz de lo que realmente te propongas”, “tú puedes”, “lo vas a conseguir”, “eres un persona muy válida”; el resultado será completamente diferente. Llegarás más lejos, aumentará tu bienestar y tus metas serán más alcanzables.
Para ello, te mando tres pautas muy simples:
Comienza a tomar conciencia de tu lenguaje actual.
Reformularlo a positivo.
Manténlo a lo largo del tiempo.
Porque no lo olvides: las palabras siempre tienen un fuerte impacto en tu mente y en la del otro.
Para más información: 674-276-701
Imagen: desconocido
Texto: Mercedes Alberola