Efecto Pigmalión

Todo lo que necesitas saber

 

 Es frecuente que nos preguntemos cómo influyen nuestras creencias en nuestra forma de actuar y pensar, pero…

¿Os habéis preguntado alguna vez en qué medida nos afectan lo que otras personas opinan sobre nuestras capacidades o las expectativas que tienen de nosotros/as?

Puede marcar la diferencia entre lograr o no lograr nuestras metas.

 

 

Es sorprendente como los estudios demuestran que el efecto Pigmalión afecta tanto en el ámbito escolar, personal como laboral de la vida de las personas desde edades tempranas. He aquí su importancia y nuestro interés de darlo a conocer a través del artículo de hoy realizado desde la consulta de Método Vincii.

 

 

Definición y origen.

 

 

“El efecto Pigmalión, también conocido como efecto Rosenthal ( fue estudiado por primera vez por los psicólogos estadounidenses Robert Rosenthal y Lenore Jacobson), es un fenómeno que se utiliza en psicología y pedagogía para referirse a la potencial influencia que ejerce la creencia de una persona en el rendimiento de otra. Supone, por tanto, algo importante de conocer y estudiar para los profesionales del ámbito educativo, laboral, social y familiar.”

 

 

Cuenta la profecía que el término proviene del mito griego de Pigmalión, un rey que, en su incansable búsqueda de la mujer perfecta, creó una escultura de marfil a la que adoró tanto que terminó enamorándose de ella, Galatea. La diosa Afrodita, conmovida por el amor de Pigmalión, decidió dotar de vida a la estatua. Se dice que tanto fue su empeño en que cobrara vida que finalmente lo consiguió. En 1913, el dramaturgo George Bernard Shaw revitalizó el mito con el estreno de su famosa obra de teatro que más tarde, en 1964, inspiró la película My Fair Lady.

 

Imagen de Método Vincii para explicar Efecto Pigmalión

Método Vincii os muestra cómo se ve el efecto Pigmalión y como nos influyen los buenos o malos comentarios.

 

 

Tipos: positivo y negativo.

 

 

El efecto Pigmalión se refiere a las expectativas que se tienen sobre el potencial de una persona, pudiendo ser positivas (sería el efecto Pigmalión propiamente dicho) o negativas, que se les conoce como “efecto Golem”.

Esta diferenciación se explica en el sentido de que, si una persona nos considera capaces de hacer algo es probable que nosotros/as acabemos creyendo también que somos capaces (positivo), ocurre igualmente con el efecto contrario (negativo). Si los demás no nos ven capaces y con la autoridad y fortaleza necesaria para realizar una tarea o conseguir un objetivo, finalmente acabaremos creyendo también que no podemos lograrlo.

 

 

Es por ello que el efecto Pigmalión se denomina también “profecía autocumplida”.

 

¿Por qué se denomina así?

 

Cuando otras personas tienen la previsión de que vamos a actuar de una determinada forma, de qué cosas vamos a conseguir desempeñar o de incluso saber cómo somos, hay una muy elevada probabilidad de que finalmente estas predicciones acaben cumpliéndose.

 

Si lo analizamos desde un punto de vista psicológico, podemos explicar que esto ocurre porque la imagen que nos creamos de nosotros/as mismos/as viene dada, en gran medida, por como otras personas nos ven, nos sienten o nos piensan. Vamos a actuar y nos vamos a comportar acorde con la manera en que somos tratados.

 

 

Efecto Golem.

 

Viene siendo todo lo explicado anteriormente pero cuando se produce desde un punto de vista negativo, es decir, lo que piensan, sienten y predicen de nosotros son cosas que no podemos cumplir o lograr, metas que nunca alcanzaremos. Determinan cómo creen que vamos a actuar, que vamos a fracasar y acabamos creyéndonos que así será.

 

No os ha pasado alguna vez, que incluso vuestros padres os han dicho frases como: “¿Para qué estudias eso?, “con lo poco que te esfuerzas no lo vas a conseguir”, “eso es muy difícil para ti”, “no hagas eso solo/sola que te vas a caer”, “eres un vago/a”. ¿Y al final os ha pasado?

Nosotros mismos tiramos la toalla por dar la razón a estas predicciones o incluso dejamos de intentarlo, porque ¿para qué?…

 

 

Ejemplos

 

En los ámbitos donde podemos ver más reflejado este efecto es en los siguientes:

 

  • En la escuela, cuando se hacen distinciones entre “buenos y malos” Resulta que esas etiquetas en un lugar donde se hace y perfila la personalidad de las personas, sobre todo en la etapa infantil, afecta negativa o positivamente dependiendo del grupo en el que te integren. Así los “buenos” cada vez más actuarán a razón de dichas expectativas y por sus acciones, seguirán creciendo. En cambio, los “malos alumnos” actuarán a razón de ello y se irán quedando atrás siendo cada vez más difícil que crezcan, se desarrollen y consigan sus objetivos. Por eso la buena educación y la motivación de los colegios, sobre todo a nivel individual, es tan importante para no discriminar a nadie y no hacer grupos con claras diferenciaciones. Igualdad de oportunidades en función de las capacidades de cada uno/a de ellos/as.

 

  • En casa, a resumir al máximo. Si vuestra madre, padre o cuidadores principales creen que podéis conseguir algo, confían en vosotros y os transmiten ese mensaje, seguramente acabéis consiguiéndolo, sea lo que sea.

 

  • En el trabajo, si vuestros supervisores, superiores o jefes directos confían en que tenéis la capacidad de desarrollaros y crecer dentro del entorno laboral, os confiarán y os harán partícipes de más responsabilidades, lo que hará que aumenten vuestros conocimientos y profesionalidad.

 

 

Como podéis observar a lo largo de este post, el efecto Pigmalión está directamente ligado con la autoestima(leer artículo «Cómo mejorar vuestra autoestima»)

Es de vital importancia que la trabajéis para que a medida que os vayáis forjando, dependáis cada vez menos de las creencias externas y confiéis en que sí podéis a pesar de lo que los demás puedan creer.

 

Si queréis saber más sobre cómo trabajar y aumentar la seguridad en vosotros/as mismos/as, podéis contactar con nosotras:

 

Método Vincii

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