Trastorno Dismórfico Corporal (TDC)
En esta época de nuevas tecnologías, de redes sociales y de exponernos y compararnos con los demás, coge fuerza el Trastorno Dismórfico Corporal (TDC).
Se trata de un tipo de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en el que la persona se ve empujada a alcanzar la perfección física. Es un trastorno de la imagen corporal, reforzado en la actualidad por la necesidad o casi obligación de ser “bellos y perfectos”, una belleza que llega a ser inalcanzable. Filtros, photoshop, selfies y posturas imposibles…todo por ser aquello que nos muestran a diario.
El tiempo dedicado a estos pensamientos negativos puede consumir la mayor parte del día, lo que interfiere en la calidad de vida y la capacidad de llevar a cabo las actividades diarias.
Se trata de un trastorno que suele afectar a hombres y mujeres por igual. Hasta ahora, no se ha asociado a ninguna causa concreta y directa, pero se cree que la genética, los rasgos de la personalidad y las experiencias que se tienen durante la vida hacen que se pueda desarrollar en mayor o menor medida.
Las personas con TDC se caracterizan por estar siempre concentradas en buscar, verse y encontrarse defectos, que normalmente pasan inadvertidos para los demás. Desean poder controlar sus pensamientos intrusivos, pero sin conseguirlo y esto genera un aumento de su angustia y ansiedad. Si se prolonga durante mucho tiempo puede derivar en aislamiento social ya que evitan ser juzgados.
Síntomas y signos
Los síntomas y signos de este trastorno van a depender del grado de TDC. En los casos más leves la persona que lo padece se siente fea o poco atractiva, pero en los casos más graves suelen tener bajos niveles de autoestima (leer artículo «Cómo mejorar la autoestima»)y problemas personales y laborales derivados de la autoexclusión y auto rechazo.
- Tienden a camuflarse y taparse para que no se les vea y pasar desapercibidos. Y sea con maquillajes o utilizando ropa que cubra aquellas partes que ven imperfectas.
- Se comparan con los demás constantemente.
- Suelen hacerse numerosas intervenciones de cirugía estética sin llegar a estar nunca conformes.
- Practican deporte de manera compulsiva.
- Preocupación permanente y constante por su aspecto físico y su apariencia frente a los demás.
- Miedo al rechazo y la humillación, que puede derivar si se agrava la situación en pensamientos suicidas.
Todos los pensamientos negativos con los que alimentemos a nuestro cerebro van a tener consecuencias graves en nuestra salud mental, sea de la índole que sea.
Si creéis que os sentís identificados con los síntomas citados o tenéis dudas podéis consultarnos:
Método Vincii
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