Ansiedad (parte I)

Hoy haré una pequeña introducción sobre una de los más comunes estados anímicos en la sociedad en la que, movidos por el caos y el ritmo de vida actual nos vemos arrastrados, y es la ansiedad.

Quizás sea ella la más común y universal de las emociones y uno de los mayores motivos de casos que acuden a diario a consulta. Podríamos definirla como la reacción ante un peligro o amenaza y que se manifiesta mediante un conjunto de respuestas tanto fisiológicas, cognitivas como conductuales.

Un grado de ansiedad moderado es útil y necesario ya que nos permite estar alerta y atentos a cualquier peligro que pueda suceder en nuestro entorno, nos alerta del peligro y nos previene de posibles daños. El problema se presenta cuando ese estado anímico, la ansiedad, se hace demasiado presente y se convierte en desproporcionada y, por tanto, acaba influyéndonos negativamente en nuestra vida diaria, es ahí cuando estamos entonces ante un trastorno de ansiedad.

¿Qué síntomas detectan la ansiedad?

Es importante saber cuándo tenemos ansiedad, así que os señalaré algunos de los síntomas que podemos apreciar y que os servirán para detectar un posible estadio de ansiedad.

Los síntomas destacados serían:

-Preocupación excesiva que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades como en la actividad laboral o escolar.

-Al individuo le es difícil controlar la preocupación.

-La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes; y al menos alguno de los síntomas han estado presentes durante más días de los que han estado ausentes durante los últimos seis meses)

Inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta.
Facilidad para fatigarse.
Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
Tensión muscular.
Problemas de sueño (dificultad para dormirse o para continuar durmiendo, o sueño inquieto o insatisfactorio).
-La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento).

-La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia ni otra alteración médica.

-La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental.

*En caso de presentar parte de esta sintomatología no dudar en contactar con la consulta.

Imagen: desconocido

Texto: Mercedes Alberola